martes, 2 de mayo de 2017



Hasta el cuarenta de mayo, no te quites el sayo

Esto dice nuestro refranero, y cuánta razón tiene. Después de unos días de sol, otra vez hemos tenido que buscar el abrigo  y jersey de cuello alto.
Pero, al mal tiempo…buena cara. Además después de tanta fiesta, no es nada difícil tener una cara de alegría por vernos otra vez y retomar el ritmo en el Colegio. 


Como cada año, cuando sonaban los tambores de San Prudencio, hemos ido entrando en la fiesta de San José Obrero. Una festividad que también tiene mucho que ver con nuestro Colegio. Aunque se centra en una de las cualidades  y virtudes (el trabajo) del carpintero, nos recuerda  un perfil importante para todos.



La festividad del día uno de mayo, nos “enreda” por la justicia, y nos hace mirar los derechos y los deberes en el mundo del trabajo.



Desde el Colegio nos acordamos de todas las personas que están en el paro. Recordamos especialmente a las familias que no cobran un salario digno  y aquellos que tienen malas condiciones laborales. Y en este recuerdo, valoramos lo importante que es tener un trabajo digno, que nos permita realizarnos como personas  y generar un mundo mejor.
Solemos decir que vale más un ejemplo que cien sermones. Vicente de Paúl habló en diversas ocasiones ante las personas de dentro y de fuera de su comunidad sobre el trabajo. Pero sus palabras caminaban a una con su ejemplo personal. Fue un hombre entregado al trabajo: “amemos a Dios, hermanos míos, amemos a Dios, pero que sea a costa de nuestros brazos”. En su agenda no quedaban lugares en blanco.
Así que MANOS A LA OBRA.

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